
Este libro escrito por Hannah Gold narra la historia de una pequeña niña que, ignorada por su trabajador padre, conoce a un enorme oso polar en la Isla del Oso. En este lugar ya no quedaban osos polares, ya que los casquetes de hielo que les servían de puente para cruzar el océano y llegar hasta ahí se habían derretido por completo gracias al cambio climático.
Lo que al principio se trataba de una peculiar amistad entre estos dos compañeros, al final resulta ser una advertencia de lo mucho que los humanos estamos dañando planeta y cómo eso afecta a los animales y el resto de seres vivos que habitan en él.
Es una maravillosa historia que recomiendo muchísimo, ya que yo soy una insistente luchadora contra el cambio climático y una verdadera amante de los animales. Habla de la complicada relación entre la niña y su padre, que se sumerge tanto en su trabajo y en su tristeza interior que nunca le presta suficiente atención a su hija, y de cómo un acto de amabilidad (aunque sea a un enorme oso polar) puede conducirte a una preciosa amistad en tus momentos más oscuros.
